La realidad virtual llegó para quedarse, de eso no tenemos dudas, sin embargo, más allá del «boom» que generó en el mercado hace unos años cuando comenzaban a liberarse semana tras semana nuevos modelos de gafas de realidad virtual, desde entonces no ha habido una utilización tan importante de la tecnología, o al menos no una que se corresponda con la popularidad que alcanzó.
¿Qué es la VR?
Se trata de una tecnología que permite a las personas sumergirse en una realidad virtual, de allí su nombre, es decir, buscamos hacer creer a la persona que está dentro de un mundo o escena diferente al que se encuentra realmente. Por ejemplo, podríamos en unos años por qué no, hacer sentir a la persona como el personaje principal de una película de acción.
En la actualidad podemos «engañar» a dos de los sentidos más importantes del ser humano para hacerle pensar que se encuentra en otro sitio: La vista y el oído. Para esto se producen vídeos o cinematográficas que permiten ver lo que ocurre en todas direcciones con excelente calidad de detalle.
Además, también se debe de tener un sistema de sonido envolvente que haga sentir a la persona los distintos estímulos desde las diferentes direcciones. A esto se puede sumar alguna experiencia con el tacto, por ejemplo ¿alguien se ha subido a una experiencia de realidad virtual donde le muestran un parque de atracciones subido a una silla de escritorio con ruedas? Claro, las ruedas te dan ese «plus» de movimiento y vértigo que terminan siendo clave en la inmersión.
¿Pero por qué no consiguen el éxito esperado?
Más allá de que la tecnología tenga un potencial incalculable, tanto para personas que pueden disfrutar realmente de estos contenidos como para las compañías que pueden sacar un verdadero rédito económico, existen aún algunos impedimentos, o más bien, dificultades técnicas que vuelven cuesta arriba el éxito de la realidad virtual.
Por un lado tenemos que las gafas de realidad virtual aún no consiguen ofrecerse como un producto simple y sencillo, son realmente aparatosas, existiendo verdaderos «cascos» que permiten añadir al interior al SmartPhone que en definitiva será el que correrá las aplicaciones de Realidad Virtual. Estamos ante productos aparatosos.
Pero no solo eso, a nivel de hardware debemos tener presente que para una óptima experiencia, dada la cercanía de nuestros ojos y lo inmersivo de la experiencia, estos contenidos tienen que correr necesariamente entre 90 y 120 fps, con un nivel de detalle elevado,y además, ofrecer una imagen ligeramente diferente para cada ojo. No todo SmartPhone puede ejecutar aplicaciones de ese peso.
Por otra parte, también es necesario desarrollar estos contenidos teniendo en cuenta todo lo que mencionábamos, se trata de aplicaciones con un grado de complejidad mayor, que requieren emplear los sensores de algún dispositivo para determinar los movimientos y actuar con ellos, además de ofrecer las cinemáticas con la calidad mínima requerida.
¿Entonces qué podemos hacer?
Por ahora lo que podemos hacer es disfrutar de la experiencia actual en cortos momentos del día, por ejemplo, podemos disfrutar de un amplio catálogo de juegos sencillos para realidad virtual con aplicaciones como VR Simulation Games, la cual te permitirá escoger un juego y disfrutar.
Claro que para esto necesitarás contar con gafas que te permitan utilizar tu dispositivo móvil con Android para poder ejecutar la aplicación, pero más allá de eso no requiere de mayores recursos.
Recuerda las limitaciones que hemos hablado de la tecnología y simplemente dedícate a disfrutar de los avances que van llegando, porque es inevitable que en los próximos años esta tecnología llegue en forma definitiva e irrumpa realmente en nuestro día a día.
Link: VR Simulation Games
