Hoy en día cuando buscamos procesadores para nuestro cambiar de ordenador y armarnos uno personalizado, generalmente atravesamos una primer interrogante, que pasa por escoger un CPU de AMD o uno de Intel, sin embargo, en las últimas generaciones, al menos en lo personal, me decanto sin dudar por la gama de los «i» de Intel.
En esa línea, no me cabe la menor duda de que la mejor opción en la actualidad pasa por escoger uno de los procesadores i5, de hecho, tengo un i5-2500, y la razón es que ofrece una excelente potencia y estabilidad, a una buen costo, y es que escalar a un i7 realmente no merece tanto la pena para los productos que podemos utilizar en general los usuarios. De hecho, diría que es la opción ideal para todos, salvo que se necesite utilizar un software que específicamente requiera mayor cómputo y por ende no baje de un i7.
Además, tengamos en cuenta que semejante poder de cómputo requiere de una buena cantidad de memoria RAM donde tener alojados los programas para poder exprimir su poder, incluso sería indispensable contar con una buena tarjeta de video y un disco SSD que permitan aprovechar toda esa potencia. Caso contrario estaríamos generando cuellos de botella y desperdiciaríamos nuestra valiosa inversión.
Si deseas confeccionar tu ordenador nuevo, en base a uno de los procesadores i5, esta más que claro que deberás desembolsar una buena suma de dinero para contar con un ordenador equilibrado, sin embargo, es posible buscar ordenadores segunda mano que cuenten con éstas características a precios muy accesibles, y que incluso podríamos ampliar por una pequeña suma de dinero adicional, mejorándoles la tarjeta de video o incorporando en su configuración un disco SSD que permiten eliminar el principal cuello de botella actual, los discos HDD.
