Dirigibles de 2km con cargas de 20.000 toneladas ¿Vuelve la era de los zepelines?

Seguramente habrás leído sobre lo que ocurrió el 6 de mayo de 1937, el dirigible conocido como Hindenburg, conocido también como la aeronave más grande que haya circulado en el aire, se incendió rápidamente, consumiéndose en tan solo 40 segundos y provocando la muerte de 35 personas. Tras ese accidente, Hitler se encargaría de abrir una investigación sobre el accidente, la cual terminaría causando la prohibición de los dirigibles comerciales.

Al mismo tiempo varios países fueron prohibiendo la utilización de hidrógeno en aeronaves, la era de los zepelines llegaba a su fin, pero esto no ha evitado que durante el transcurso de todos estos años no se haya considerado su vuelta a escena, es cierto que los mecanismos que permiten su funcionamiento son peligrosos, pero también es cierto que la tecnologia de 1937 no puede compararse bajo ningún concepto con la que tenemos al alcance hoy en día.

¿Dirigibles comerciales para traslado masivo de mercadería?

Un reciente artículo científico que fue publicado en Austria plantea la posibilidad de volver a utilizar los dirigibles con el fin de conseguir una alternativa sostenible de transporte de mercancías a nivel internacional. En concreto señalan que, tras hacer un estudio científico detallado, y analizar las viabilidades tecnológicas, con la tecnología actual seríamos capaces de construir dirigibles 10 veces más grandes que el Hindenburg.

Serían verdaderos monstruos voladores con una longitud de hasta 2km, capaces de transportar en el aire un total de 20.000 toneladas de productos utilizando una cantidad de energía mínima. Para desplazarse utilizarían la corriente de chorro, de modo que circularían alrededor de nuestro planeta pudiendo completar una vuelta entera en tan solo 16 días.

Un punto importante a considerar de este informe que han elaborado, es que para realizar el artículo, los científicos evaluaron no solo la viabilidad técnica del proyecto a nivel tecnológico, sino que también han comprobado que las tecnologías actuales son más seguras que las de hace cerca de 80 años. Pero no solo eso, sino que también hemos avanzado en otras ramas, las cuales nos permiten predecir con mayor precisión algunos aspectos climáticos determinantes a la hora de trazar los recorridos de estas monstruosas aeronaves.

De todas formas, debemos tener presente que, por más interesante que resulte, este proyecto continuará necesitando de hidrógeno para funcionar, la razón es que este gas es 17 veces menos denso que el aire, es decir, más ligero, la alternativa sería el Helio, pero el Hidrógeno es muchísimo más barato y simple de conseguir, por lo que continuaríamos necesitando de un gas altamente inflamable y hasta explosivo bajo determinadas circunstancias.

Con este artículo sin dudas que la comunidad científica y algunos empresarios e inversionistas comenzarán a mirar de reojo el asunto debido a la gran disminución en costos que podría significar en el traslado de mercaderías. Pero más allá de eso, la utilización de un gas prohibido en muchísimos países no dejará de ser un punto negativo que inhiba el interés de los millonarios interesados en volver a poner a prueba esta tecnología.

Habrá que ver si realmente existe la posibilidad de llevar adelante este tipo de proyectos, tengamos presente que la viabilidad de este emprendimiento se basa en dirigibles autopiloteados, de modo que se podrían evitar muertes de tripulantes, aunque tendría que considerarse cómo deberían actuar estos colosos para, en caso de accidente, estrellarse sin provocar pérdidas humanas ni materiales en el corto plazo de acción que se dispone, ya que el Hindenburg, recordemos, se consumió en menos de un minuto.

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