Tras la preocupación de la Comisión Europea sobre el lento avance de las conexiones de banda ancha en el continente, han decidido comenzar a tomar participación en el asunto, a tal punto que concluyeron una inversión de 9.200 millones de euros, que estarán disponibles entre los años 2014 y 2020, la comisión ha tenido que intervenir porque las compañías de telecomunicaciones no demuestran interés en la expansión de la banda ancha.
Pero no solamente han otorgado esta inversión, sino que, como mencionaron en Fayerwayer, ha habido un llamado a todas las compañías de telecomunicaciones, donde les solicitan que comiencen a realizar una reducción de costos para los planes de banda ancha, y así permitir un mayor porcentaje de usuarios con acceso a Internet, aunque aún no han habido comentarios por parte de las compañías para ver qué medidas tomaran realmente.
Las empresas de telecomunicaciones se defienden con un argumento débil e incomprensible en ciertos sentidos, acusando que la suba en el precio del cobre les impide realizar expansiones en la banda ancha, pero resulta dudoso ya que bien podrían utilizar fibra óptica en lugar de la conexión por cable de cobre. Pero más allá de eso, la Comisión Europa ha tomado cartas en el asunto, y de esa inversión, unos 6.400 millones de euros irán destinados directamente a las infraestructuras necesarias para expandir la banda ancha en el viejo continente.