Como algunos ya sabrán, el servicio de streaming de música, Grooveshark, ha tenido un gran éxito en los últimos años, sin embargo, esto lo ha convertido en uno de los principales blancos de la industria discográfica, que elevo una serie de demandas en su contra y que recientemente le ha producido una pérdida de 735 millones de dólares por violación de derechos de autor.
Así finalmente Grooveshark desistió y perdió la batalla por completo ante los tribunales, las discográficas disfrutan de una gran victoria ya que el servicio ha aceptado cerrar sus puertas de inmediato, y es que, más allá de haber nacido con el objetivo de convertirse en el «Youtube de la música» y permitir a los usuarios compartir sus bibliotecas musicales.
La compañía estuvo intentando adoptar nuevas estrategias en base a rediseños de su aplicación, lanzamientos de apps para dispositivos móviles e integración de controles de los contenidos que se iban subiendo a su servicio con el fin de minimizar los daños, sin embargo, esto no pudo evitar que finalmente Grooveshark publicara hoy su nota de rendición, allí solicitan disculpas por los daños causados, y aconsejando la migración a otros servicios como es el caso de Google Play o Spotify por ejemplo.
De todas formas esto no queda solo en la rendición de Grooveshark, sino que todo el catálogo alojado por el servicio pasa a manos de las compañías discográficas, que pasarán a tener el control total y absoluto de los mismos, resta ver las intenciones que tienen con esta medida, pero esta muy claro que las discográficas están tomando medidas demasiado agresivas en su impotencia e incapacidad para integrarse a las nuevas necesidades del mercado.
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