A nadie sorprende a estas alturas de la película que los eSports se hayan convertido en un entretenimiento tan válido como los deportes tradicionales. En países como México un 40% de los consumidores de videojuegos (unos 74 millones) se declaran seguidores de los deportes electrónicos, y plataformas como Twitch se han convertido en una referencia en el consumo de productos en streaming.
Ahora, ha sido el Comité Olímpico Internacional, responsable de los Juegos Olímpicos, el que se ha interesado por los deportes electrónicos, con el objetivo de abrir nuevas fuentes de ingreso a través de su desarrollo digital. En la Agenda Olímpica 2020 + 5 se incluyen un total de 15 recomendaciones para guiar al Movimiento Olímpico en los próximos años; algunas de esas recomendaciones van destinadas, precisamente, al desarrollo digital del mundo olímpico. Así, el COI quiere aumentar su compromiso con los deportes virtuales.
El siguiente movimiento para que los eSports pudieran tener presencia en los Juegos Olímpicos sería que el COI creara una organización que pudiera garantizar las reglas del Movimiento Olímpico en este tipo de deportes, algo que implica, entre otras cuestiones, controles antidoping. De igual forma, las apuestas deberían tener un control por parte del Comité Olímpico. Pues actualmente las apuestas deportivas en Internet se han adentrado en el mundo de los eSports y siguen las competiciones de forma regular como con cualquier otro deporte, por lo que son un elemento importante en este entretenimiento. El reglamento de las diferentes partidas también tendría que adaptarse a las exigencias del COI; una vez todos estos aspectos se trataran de forma uniforme, se podría hablar de la entrada de los eSports en eventos tan importantes como los Juegos Olímpicos.
Los patrocinios, los contratos de televisión y los números de los creadores de contenido relacionados con los eSports han ido creciendo hasta el punto que los deportes electrónicos se han convertido en uno de los fenómenos de entretenimiento más grandes de los últimos tiempos. En el caso de que llegaran a ser un deporte olímpico, estaríamos ante un antes y un después en la forma en la que la sociedad concibe los videojuegos.
