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Tecnología de ficción y realidad

Los avances tecnológicos que ha alcanzado la Humanidad en los últimos siglos han tenido un desarrollo impensable desde hace unas pocas décadas. El tiempo, que solemos medir a través de generaciones, ha demostrado que las más afiebradas escenas imaginadas por los escritores de ciencia ficción se han convertido en realidades, insospechadas probablemente por nuestros abuelos. Ejemplo de esto es el desarrollo que han tenido las comunicaciones mundiales en el transcurso de unas pocas décadas.

Al alcance de nuestras manos está el increíble desarrollo de la tecnología celular, que pone al alcance de un botón una llamada a cualquier sitio del planeta, y ya no sólo de voz sino también de imágenes. Hay muchos escritores que imaginaron el mundo del futuro, adelantándose decenas de años a realidades que ahora son comunes. Esto pareciera apuntar a que, una vez que alguien ha imaginado algún avance tecnológico fantástico, este en algún momento verá la luz. Por eso existe una gran relación entre la tecnología y la ficción. Hay cientos de exposiciones en todo el mundo donde acuden personas a ver las exhibiciones de los últimos avances tecnológicos, muchas veces aún en prototipo, debido a sus altos costos u otras razones de peso.

Tecnología de ficción.

Este término se refiere en general a la tecnología que ya ha sido imaginada pero que aún no existe. Se habla de tecnología de ficción en dispositivos y también en procesos tecnológicos. La línea entre realidad e imaginación tiende a ponerse cada vez más delgada en cuanto a la tecnología y los dispositivos que cada año presentan los fabricantes. Muchos de ellos, por los altos costos que significaría su producción, no pasan de ser una curiosidad, como los robots, las mochilas propulsoras o incluso el rayo de la muerte.

Desde que Leonardo da Vinci, en el Renacimiento, imaginó a los seres humanos surcando el cielo, mucha agua ha corrido bajo el puente. Y ya es una realidad los viajes aéreos por todo el planeta y al alcance de todos. Mucho más acá, Julio Verne imaginó un submarino que recorrería el planeta bajo las aguas y astronautas llegando a la Luna. No hubo de pasar tanto tiempo para que estos sueños de ficción se convirtieran en realidad en el siglo XX. Lo que sí es cierto es que los seres humanos imaginamos y muchas veces la imaginación se convierte en realidad.